Redacción
Poner límites requiere de mucha creatividad, no hay nada escrito a la hora de disciplinar a los hijos, cada familia tiene su propia cultura familiar y necesidades.
Recuerda que los límites y las reglas son para los hijos, no para los padres. Ellos en ocasiones piden que los padres sigan las mismas reglas.
Mire además: El “gateo” en los bebés
Si bien es cierto que la mejor manera de seguirlas es viendo un buen ejemplo, ocúpate de eso, pero no permitas que los hijos te pongan reglas similares a las de ellos. Quienes están siendo educados son los hijos, no los padres. Esto les ayudará a entender que la autoridad son los padres y no los hijos.
Las consecuencias establecidas para cada regla, además de ser lógicas y tener relación con la falta, deben poderse cumplir en el momento; no establezcas consecuencias que duren meses o sean permanentes, porque el chico, al paso del tiempo, no sabrá por qué está castigado, sólo se sentirá resentido.